Han sido las Navidades más atípicas de mi vida. A mediados de diciembre cuando me tomé un descanso bloguero para disfrutar de mi familia y de las fiestas, nada me hacía sospechar que este año iba a ser diferente. Hasta pasado el día de Navidad todo marchó según lo previsto.
Tenía pendiente una operación, una hernia que se empeñó en fastidiarme desde hace un par de meses. Con la archiconocida rapidez de la que hace gala la seguridad social me relajé, pensando que la espera sería larga. Me equivoqué, el día 29 me llamaron para hacerme el preoperatorio y decirme que me operaban el 30 (si hubiera sido 28 pensaría en una inocentada).
Allí estaba yo, la víspera de Nochevieja, en el quirófano por primera vez en mi vida, cagada de miedo, con un montón de focos apuntándome, escuchando la radio mientras la cirujana y su ayudante cumplían con su trabajo a ritmo del " Ay se eu te pego", no puedo describiros lo que sentí, pero fue algo raro, raro.
Ya me veía comiendo la uvas en el hospital ¡ qué susto! pero no, en 7 horas estaba en mi casa y pude celebrar la llegada del año como había previsto, aunque mucho más light que de costumbre.
El 2011 ha sido fantástico en lo referente a la blogosfera, si a principios de año me visitaban mis hermanas, una amiga y yo, a partir de Abril la cosa fue mejorando, y empecé a conocer a gente estupenda. En agosto abrí
mi segundo blog que va viento en popa, así que el balance es más que positivo.
Feliz Año 2012 y mis mejores deseos para todos y cada uno de los que me visitáis, me seguís, me comentáis y a los que se asoman a mi ventana en silencio, gracias a todos paso unos ratos estupendos, compartiendo opiniones y experiencias que me hacen sentir, reír , llorar, emocionarme y comprobar que en este mundo caótico hay un montón de buena gente.
Para finalizar mis deseos para este año se han reducido a uno: Salud, y si los Reyes traen un poquito de trabajo veremos la luz que está al final del túnel cada vez más cerca. ¡Ójala!